domingo, 6 de noviembre de 2011

Una tarde con Tintín y los niños

 
Se presumía una tarde tranquila. Llovía con ganas en Vitoria-Gasteiz, por lo que decidí pasar la tarde haciendo una de las cosas que más me gustan, ir al cine. Lo que jamás pensé es que mi elección me llevaría a ver dos películas al unísono en la misma sala. Si, algo extraño pero real. Ah, se me olvidaba, la película escogida, Tintín y el secreto del unicornio. Por lo que empiezan a entender una cinta destinada al público infantil y adulto. Sabía lo que iba a pasar, pero no imaginaba la realidad con la que se sucedieron los acontecimientos.
Me ubiqué en la segunda fila de la sala, en un lateral. Tranquilo y con ganas de ver a uno de mis personajes favoritos de mis lecturas infantiles. La sala estaba prácticamente llena. Con parejas de adultos y niños acompañados por sus padres. Pero...antes del comienzo de la película un grupo de 10 niños, acompañados por sus madres, aparecen en la sala. Nada más entrar a uno de los niños se le cae al suelo un paquete enorme de palomitas que se desparraman por toda la moqueta roja de la sala. La anécdota incluso saca la sonrisa de los presentes de la sala. Era tan sólo el comienzo de la otra película. Mis presagios se hacen realidad cuando las dos madres dejan a sus hijos solos en la sala sin nadie a su cuidado. Uff qué miedo. Empieza la proyección en la sala. La magnífica puesta en escena de Spielberg te envuelven en la película. Gran animación y momentos de acción que te hacen disfrutar de la aventura del personaje de Hergé. Pasada una hora, me doy cuenta de que se está proyectando otro film en la sala. Éste con más realismo que el de la pantalla. Los niños crean y viven su propia aventura. Se tiran entre ellos palomitas, se suben a las butacas y salen y entran en la sala. Todo ello entre gritos y risas. Claro está que para ese momento has perdido el hilo de acción de la otra película. Algunos adultos se desesperan. Hacen callar a los niños, se llevan las manos a la cara y algún osado advierte al acomodador sin que éste aparezca por la sala. Todo intento es en balde. Los niños dirigen su propio desenlace; esperar a que Tintín entre en acción para atraparles de nuevo en la película. Uno incluso tiene el deseo de que el capitán Haddock salte de la pantalla y con su mal humor haga callar a los más peques de la casa. En un momento el silencio vuelve de nuevo a la sala. Todos los presentes podemos volver de nuevo a disfrutar del periodista y su inseparable perro que marcaron nuestra infancia. Tintín atrapa de nuevo a los niños de esta generación y a los que ya fuimos. Sin duda una película excepcional, que engancha, con un guión cuidado, los personajes respetados y sobre todo divertida. Eso sí, para verla en horario nocturno.
Trailer "Tintin y el secreto del unicornio"

1 comentario:

  1. Enhorabuena por tu blog! Sigue así, escondiendo relatos divertidos en tu despensa.

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